Cuando alguien nos dice “quiero algo único”, sabemos que empieza la parte divertida. 😄

En el taller se mezclan las ideas, los materiales y las ganas. A veces salen cosas que no estaban ni en el plan: un grabado que queda mejor de lo esperado, una tipografía que encaja justo con la persona, o una textura que pide ser tocada.

Cada encargo tiene su pequeño caos, su historia y su momento de “¡ahora sí!”. Y esa es la parte que más nos gusta: convertir una idea suelta en algo que existe, que se puede regalar y que tiene alma.

Puede que no siempre sepamos de primeras cómo hacerlo, pero el proceso de probar, ajustar y ver el resultado es pura magia.

Así que cuando dices “quiero algo único”, lo tomamos en serio… porque probablemente tú también lo seas. 💫

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